Porque lo siento...

¿Por qué? Porque lo siento. Lo siento tan frágil, tan fácil de quebrarse como un fino cristal, tanto que siento miedo a cada paso que doy.
Lo siento tan fuerte como algo indestructible y, por muy contradictorio que parezca, no lo es. No se excluyen fuerte y frágil, no aquí, no hoy. Mas no sé qué hacer, voy vacilante hacia adelante, de tu mano, esperando no dar un paso en falso, no caer al vacío, no ser derribada, no soltar tu mano...
¿Por qué? Porque te quiero.

Acostumbrarse es jodidamente bueno a tu lado

Me he acostumbrado a refugiarme en tu pecho, aspirando ese suave perfume que desprendes, dulce, el mismo que está impregnado en tu camiseta favorita la cual preside mi habitación, junto a mi cama...Adoro que, de cuando en cuando, una suave traza de tu aroma llegue hasta mí cuando no te tengo cerca, me hace extrañarte menos.  Me he acostumbrado a lucir tu brazo sobre mis hombros como si de una cálida manta se tratase, a tomar tu mano sin miedo y dejarme guiar tanto como puedo guiarte. Me he acostumbrado a tenerte siempre, a que seas mi amigo, mi amante, mi apoyo, a ser tu amiga, tu amante, tu apoyo... Me he acostumbrado a dejarme querer tanto como te quiero y a no dudar de los sentimientos que inspiro en ti. Me he acostumbrado a  tu desnudez pero, más importante aún, a mostrarte la mía sin reparos. Y ahora, al haberme hecho a tenerte, tengo miedo de tener que desacostumbrarme algún día y volver a la vida real. Por ahora mejor no lo pensemos, disfrutemos del presente pues el futuro vendrá a buscarnos él solo. 

Desilusionada ~