domingo, 4 de diciembre de 2011

Nana

Oscuridad, calma y una sinfonía que, rodeada de silencio, destaca volviéndose el más hermoso sonido. Poco a poco me adormilo entre tus brazos y me aislo de lo que me rodea. Somos tú y yo únicamente, ni si quiera el incómodo sofá logra distraerme de seguir el ritmo de esa dulce melodía.
Se ralentiza y cambia, te has dormido. Te miro en la penumbra y sonrío. ¿Por qué el tiempo no se detiene? Tu respiración se agita unos instantes y mi cabeza vuelve a tu pecho donde tu corazón sigue latiendo igual de fervoroso marcando los compases de mi nana favorita.

Desilusionada ~

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