jueves, 1 de diciembre de 2011

Personas

Hoy he llegado a la conclusión de que, una buena forma de encasillar a la humanidad es en dos grupos: los que se creen inmortales y los que tienen presente su mortalidad.
Estos últimos pueden dividirse a su vez en dos clases distintas: aquellos que por conocer ese dato son precavidos (en ocasiones de forma excesiva) y, en contraposición, aquellos que por el mismo motivo viven cada segundo al máximo, acercándose por esto incluso a la misma muerte.
Envidio a este último grupo de personas porque realmente saben saborear la vida, vivirla, arriesgar para ganar...

Desilusionada~

No hay comentarios:

Publicar un comentario